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La música de Juancho Valencia que sostuvo el alma del MED

  • Foto del escritor: Merlin Producciones
    Merlin Producciones
  • hace 2 días
  • 2 Min. de lectura

Desde Merlín Producciones recibimos una misión que nos tocó el corazón: dar vida sonora al MED · Meditar, Elevar, Despertar. Un encargo que iba mucho más allá de acompañar un escenario; se trataba de construir un lenguaje musical capaz de sostener la intención del encuentro, de acompañar cada artista, cada testimonio y cada respiración.

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El reto era inmenso: crear una identidad sonora que conectara con el propósito del evento y que convirtiera la música en un puente entre quienes guiaban la jornada y quienes la vivían. Una música que no distrajera, sino que cuidara; que no buscara protagonismo, sino profundidad; que trazara un hilo invisible de calma, presencia y conexión.

Para lograrlo, Juancho Valencia compuso la música original y dirigió un ensamble en vivo que funcionó como un verdadero laboratorio artístico y espiritual: 50 voces del Coro Sirenáica y músicos de la Orquesta Sinfónica de EAFIT, todos respirando juntos, todos sosteniendo una misma intención. Ellos fueron la columna vertebral de una atmósfera que acompañó conversaciones íntimas, reflexiones profundas, prácticas de yoga y momentos de silencio absoluto que parecían imposibles en un espacio tan grande.

Sobre esa armonía colectiva, los artistas compartieron su arte y sus historias, con momentos tan especiales como ver a Jke de Crew Peligrosos cantar junto a su hija Majo en una complicidad especial. La jornada fue creciendo en capas, texturas y humanidad. Entre intervenciones profundas, testimonios que abrían el corazón y prácticas que invitaban a reconectar con el cuerpo, la música permanecía: conteniendo, guiando y abriendo puertas hacia adentro.

Entonces llegó uno de los instantes más memorables: un cierre iluminado por las voces de tres mujeres que han marcado la música Colombiana. Li Saumet de Bomba Estéreo, Catalina García de Monsieur Periné y Catt de Puerto Candelaria elevaron el espíritu del encuentro con una sensibilidad única. Sus voces se entrelazaron con la intención del día y prepararon el terreno para la energía de Bomby, quien cerró con fuerza y un mensaje cargado de consciencia que nos recordó para qué estábamos ahí.

El MED fue un encuentro donde la música no buscó ser espectáculo: fue sostén, fue puente, fue respiración colectiva. Y para Merlín Producciones, haber tejido esa atmósfera es un honor que guardaremos como uno de nuestros actos más humanos y más necesarios.


Fotos de: @camaralucida1

 
 
 

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